5 Diciembre, 2014


Ciudad Juárez: cementerio de mujeres


En este artículo, quiero abordar con pequeñas pinceladas, un caso flagrante de violencia de género, ocurrido al otro lado del océano. Ciudad Juárez es una ciudad fronteriza situada en la zona norte del Estado de Chihuahua (México). Se encuentra en medio del desierto, a orillas del Río Bravo (también conocido como Río Grande); frente a la ciudad de El Paso, Texas.

 

“ No conocen el camino de la paz, en sus senderos, no existe el derecho,…” Isaías

La población de Ciudad Juárez, según baremo del año 2005, es de 6.477 habitantes por kilómetro cuadrado, confluyendo aproximadamente unos 2.875.000 habitantes en el área metropolitana de “El Paso del Norte”; donde se unen Ciudad Juárez, El Paso y las Cruces.

Lo que esta ocurriendo desde hace varios años en este municipio del Estado de Chihuahua, es verdaderamente alarmante. No me cabe duda que la gran mayoría de los lectores habrán oído en alguna ocasión informaciones sobre el femicidio que allí se está produciendo, pero lo cierto es que cuando se profundiza un poco más en esas informaciones,  nada logra evitar que se te pongan los pelos de punta.

Desde 1993 hasta el 2004 (teniendo presente que los datos son aproximados, puesto que no existen datos estadísticos exactos), han desaparecido 4.454 mujeres, y han sido asesinadas más de 380.

Lo que allí está sucediendo, se califica como “ Femicidio”, concepto que, a mi modo de entender, está perfectamente  explicado por la socióloga Julia Monárrez Fragoso, cuando lo describe como “ asesinato misógino de mujeres, cometido por hombres desde su superioridad de género. Tiene que ver con los motivos, con las heridas que se infligen en el cuerpo de la mujer y con las circunstancias sociales que imperan en eses momento. Para que se de, tiene que haber una complacencia de autoridades, personas e instituciones que están en el poder, llamémosle poder político, económico y social”.

El riesgo para la mujeres de Juárez (y desde hace unos años, de otros  municipios de Chihuahua también),es el pan suyo de cada día. Desde 1993 hasta la actualidad, se han perpetrado multitud de asesinatos y miles de desapariciones de mujeres con rasgos bastantes similares entre sí. Las víctimas suelen ser mujeres jóvenes, entre 12 y 30 años, con tez morena, cabello oscuro y largo, delgadas, y de clase socio-económica muy humilde.

La mayoría de los asesinatos y desapariciones producidas, se han llevado a cabo durante el trayecto de sus casas al trabajo, puesto que, como son mujeres con economías muy pobres, se ven obligadas a trabajar en lo que en México se conoce como

“maquiladoras”; esto son fábricas de montaje en cadena, de origen japonés o norteamericano, donde se da la oportunidad de trabajar a más de 150.000 mujeres. Una vez que acaban la jornada, estas mujeres regresan a sus casas atravesando  en ocasiones, trozos de desierto, así como oscuros y solitarios callejones, donde finalmente un día desaparecen, sin dejar ni un solo rastro.

No obstante, ni las empresas maquiladoras ni las autoridades mexicanas, han intentado controlar esta situación, procurando medios que garanticen en la medida de lo posible el regreso de estas mujeres a sus hogares; puesto  que estas fábricas se encuentran en zonas marginadas con escasa infraestructura, y es sabido por todos que éste es un problema existente en esa Sociedad desde hace  varios años, y no sólo un episodio pasajero.

Todos los cadáveres encontrados, presentan características muy parecidas: Todas esas mujeres han sido violadas brutalmente, estranguladas y mutiladas a lo largo de su cuerpo. La gran mayoría presentan vestigios de signos triangulares en extremidades, espalda y genitales que justifican, según algunos investigadores, la práctica de ritos satánicos por los asesinos; pero esta teoría no ha sido confirmada con toda seguridad.

Esta situación se está produciendo en Juárez desde hace 16 años, y sinceramente, es increíble que aún no se haya podido (o mejor dicho querido) remediar de ninguna manera.

Diversas organizaciones internacionales como Naciones Unidas, Amnistía Internacional y la Comisión Nacional de Derechos Humanos, han denunciado en los últimos años un sistema de investigación penal que continúa empleando la detención arbitraria y la tortura de forma sistemática; han elaborado informes y recomendaciones dirigidas al Gobierno de México, pero desgraciadamente ninguna ha surtido efecto.

Además de estos organismos de carácter internacional, existen otros de carácter nacional, como por ejemplo la asociación sin ánimo de lucro “Nuestras Hijas de Regreso a Casa”, que ha desempeñado un importante papel en la denuncia de estas muertes sin sentido; constituida por las madres de miles de niñas y mujeres desaparecidas, cuyos casos no han sido investigados y aún están sin resolver, o que habiéndolo sido, rebosan negligencias judiciales y policiales por todos lados.

Lo que todas estas entidades persiguen es que se condene e investiguen los crímenes y desapariciones de las mujeres; que se sancione a los responsables con todas las garantías del proceso; que se brinde la reparación del daño y apoyo a las víctimas y a sus familiares y que de una vez por todas, se tomen medidas para prevenir la violencia contra la mujer.

Sin embargo, no hay respuesta efectiva por parte del Gobierno. Es más, las autoridades no realizan con eficiencia sus funciones, habiendo más de 90 funcionarios corruptos que han participado en la tramitación de todos estos procesos; no existe un número definitivo de mujeres asesinadas y/o desaparecidas en Ciudad Juárez, pudiendo recurrir a los datos existentes gracias a la información proporcionada por organismos e instancias de derechos humanos, ya que  las autoridades insisten en minimizar  cifras y en empequeñecer la dimensión del problema y sus secuelas.

Fíjense hasta que punto llega la negligencia en la tramitación de estas causas, que:

1.-En muchos casos, cuando las madres de las recién desaparecidas acuden a las dependencias policiales a denunciar, se le impide interponer denuncia hasta pasadas las 72 horas desde la desaparición.

2.-Cada Gobierno culpa al anterior de no avanzar en la solución de esta situación. Se atreven a responsabilizar a las víctimas diciendo que éstas llevaban una doble vida y que seguramente eran prostitutas y drogadictas.

En 1999, se reunieron en la Ciudad de Mérida el que entonces era el presidente mexicano, Ernesto Zedillo y el presidente norteamericano Bill Clinton; y posteriormente cinco años después, en 2003, el tema fue objeto de diálogo entre Vicente Fox y George Busch. Sin embargo no han aportado solución alguna, ni han propuesto medidas que al menos intenten paliar la situación que allí se está viviendo.

3.-Muy fuerte: Torturan a inocentes para obtener confesiones de crímenes que no cometieron a fin de  proteger de ese modo a los verdaderos asesinos.

4.- Extravían pruebas, y en los expedientes no hay investigaciones, sólo comparecencias.

5.- Se entregan a las familias cuerpos sin identificar, y se intimida y amenaza de muerte a las que luchan por conseguir justicia para sus desaparecidas.

Todo esto, obliga a que nos preguntemos, cuál es el motivo o la justificación ( si es que pudiese haber alguna, vamos) de todos estos hechos deleznables que están impunes ante los ojos del resto del mundo.

Se barajan diversas teorías: Algunos criminólogos como Ontiveros Alonso u Óscar Máynez, argumentan que una hipótesis posible sería  el secuestro y posterior asesinato de mujeres para la efectiva realización de películas “snuff”, puesto que en los vestigios de los cuerpos se observa claramente como los asesinos actúan por puro placer; cómo seguramente gozan de un estatus económico importante, porque lo cierto es que hace falta mucho dinero para actuar de este modo durante tantos años y lograr que no se les atrape, e incluso que ni se les investigue.

Otras hipótesis apuntan al tráfico de órganos, argumentando que esa sería la razón de que aparecieses muchos cuerpos en la zona fronteriza, cuerpos que en ocasiones no se pueden identificar porque no tienen órganos vitales, e incluso en ocasiones carecen hasta de entrañas. Espeluznante.

Y por último, otra línea de investigación es la que considera que todos estos secuestros y crímenes, son realizados por organizaciones y cárteles de narcotraficantes; vamos, por el crimen organizado mexicano, que compra y vende policías, fiscales, jueces y demás figuras determinantes en el esclarecimiento de los delitos.

Conclusión de todo esto: Las “muertas de Juárez” es un tema claro de impunidad de actos que atentan de forma evidente y determinante contra los derechos humanos; tanto de las víctimas que mueren o desaparecen,  como de sus familias; que no gozan ni por asomo del derecho a un proceso judicial con las garantías debidas; así cómo  también los de aquellos que son inculpados gratuitamente sin haber cometido delito alguno por los estamentos políticos del Estado.

Termino con un poema de la Doctora Esther Orozco, en el que dice “ Ciudad mártir, te sembraron de odios y de quereres, de olores y esperanzas. Por arroyos y avenidas, miles de seres buscan su vereda y añoran el regreso a sus hogares…..”